cuadrilátero (historia de cuatro iniciales)
J. y F. se conocieron hace diez años en un sitio con mar y el sitio con mar se convirtió en su fetiche de verano. E incluso de invierno.
F. y V. se conocieron hace nueve años y desde entonces se han sucedido las cartas, cartas con el mismo formato (quizás también contenido) que las que se enviaban J. y F. en los meses de invierno.
J. y M. se conocieron en el 14ème arrondissement hace cinco años y no dejaron de verse a partir de ese momento, aunque fuera una vez al año en ciudades distintas.
M. y V. no sé cómo se conocieron, pero fue alrededor de un año atrás.
J. y M. se ven ahora mucho más porque viven en la misma ciudad y la última vez que salieron juntos, M. presentó a J. y a V. Era una cita a ciegas. Y se gustaron y durmieron juntos.
J. y V. se siguen viendo y en una conversación de sofá de casa, tres días después de verse por primera vez, descubrieron que los dos conocían a F.
F. y M. no se conocen (o eso creemos), aunque tiempo al tiempo.
Y en mitad de todo hay miles de kilómetros. Cartagena, Barcelona, Palma, Roma, París y alguna ciudad más que se nos quedó por el camino.
A partir de aquí, quién sabe. Pero J. y V. quieren volver a dormir juntos hoy.
F. y V. se conocieron hace nueve años y desde entonces se han sucedido las cartas, cartas con el mismo formato (quizás también contenido) que las que se enviaban J. y F. en los meses de invierno.
J. y M. se conocieron en el 14ème arrondissement hace cinco años y no dejaron de verse a partir de ese momento, aunque fuera una vez al año en ciudades distintas.
M. y V. no sé cómo se conocieron, pero fue alrededor de un año atrás.
J. y M. se ven ahora mucho más porque viven en la misma ciudad y la última vez que salieron juntos, M. presentó a J. y a V. Era una cita a ciegas. Y se gustaron y durmieron juntos.
J. y V. se siguen viendo y en una conversación de sofá de casa, tres días después de verse por primera vez, descubrieron que los dos conocían a F.
F. y M. no se conocen (o eso creemos), aunque tiempo al tiempo.
Y en mitad de todo hay miles de kilómetros. Cartagena, Barcelona, Palma, Roma, París y alguna ciudad más que se nos quedó por el camino.
A partir de aquí, quién sabe. Pero J. y V. quieren volver a dormir juntos hoy.