Pero qué hago yo aquí

23.5.06

pleased to meet you

Tres tipos de encuentros.

El inesperado. Mientras tecleo en el ordenador, alguien se cuela por la ventana. Se me acerca por la espalda y me pasa junto a la oreja sin hacer el menor ruido. Es un mosquito tigre. Centímetro y medio y cuerpo a rayas amarillas y negras. Mi primera vez con un mosquito tigre, aunque en poco tiempo la batalla está ganada.

El provocado. De nuevo sexo con un desconocido y la sábana negra como testigo mudo de sonidos ahogados. Un espejismo en el sudor que corre por la espalda tatuada del pianista. Deseo sexual y algún que otro deseo más.

El cotidiano. Leo en una cafetería y de repente me doy cuenta de que estoy bien. El teléfono me devuelve un poco a la realidad. Treinta minutos después leo en una cafetería y ya no estoy tan bien. Somos cinco lectores y otros que están de más. Karma Police y un disparo entre líneas.

17.5.06

mientras el disco de patrick wolf

(Cámara lenta)

Subo al tren y respiro. Tú ya estás en el fondo del vagón y todo el vagón eres tú. Dejo caer la cabeza contra el cristal junto a mi asiento. La noche siempre llega y este compartimento no iba a ser menos. Pero la luna y la cafetería de tren donde la gente duerme se han puesto de acuerdo y me dejan ver el camino.

(Cámara rápida)

Me escapo al baño y el cigarro se consume en una calada por este túnel irá Nikita en dirección contraria dónde habré dejado el libro de la almohada salto diez piernas para alcanzarlo un asiento libre de espaldas a ti en la cafeteríadetrendondelagenteduerme.

(Cámara lenta)

Te desperezas y yo quiero ser sudadera gris, pantalones vaqueros y zapatillas de deporte para desperezarme contigo. Me miras y tus ojos me piden que te escriba un poema. Cambias de sitio para poder tumbarte y yo cambio de sitio para poder ver amanecer por la ventanilla que te sujeta mientras duermes. No te he escrito un poema. Te he escrito dos.

(Cámara rápida)

La cafeteríadetrendondelagentedormía vuelve a abrir café con leche sandwich mixto una vez más pulso play tostadas más café te despiertas te incorporas te desperezas y sudadera vaqueros zapatillas.

(Cámara lenta)

Es de día y nos miramos cada vez que alguien pide café solo. Si tuviera reloj borraría todos los minutos en los que no me cruzo con tu boca. Parece que pasa más gente entre nosotros de lo normal. Tenemos que irnos.

(OFF)

Fin de trayecto. La ciudad te engulle sin que yo me dé cuenta. En el taxi, la tinta de cuatro versos inertes empieza a mancharme la palma de la mano.

10.5.06

se acabó... (dijo maría jiménez)

4:30 de la mañana y el capítulo que debe estar en el correo de mi jefa a primera hora sigue a mitad. Pero es que estaba traduciendo y, en un pequeño descanso, se me ha ocurrido entrar a ver los comentarios del último post. Y luego se me ha ocurrido (se ve que estoy brillante hoy o algo) pasar la frontera del último post y releer los anteriores (que es cuando SÉ que debo volver al trabajo pero mi fuerza de voluntad se esconde debajo de la cama y yo encuentro rápidamente otras cosas que hacer).

Y, vaya, tengo un blog triste. No ha sido ningún tipo de revelación ni nada, soy consciente de lo que escribo. Pero los leo todos de golpe y se me arquean un poco las cejas. No siempre estoy tan triste.

Así que prometo que esta semana todo va a ser alegre, post incluído. A pesar de perderme esa gran quedada de blogueras a las que tantas ganas tenía de conocer (o volver a ver). Van a presentar un libro que han escrito (sin darse cuenta, que decía vaggio). Y no podré estar porque me voy a la capital del reino unos cuantos días. Pero allí veré a varios buenos amigos y eso me alegra mucho, así que, bueno, una cosa por la otra.

Espero que el encuentro y la firma de libros del sábado salga muy bien. Yo estaré en Madrid paseando por Alcalá vestido de chulapo y bailando un chotis (y acordándome de vosotras).

Edito: Las Uniones Posibles, Rest In Peace :_(

5.5.06

genes gregarios

Son casi las cuatro de la mañana y mi hermana me acaba de mandar un correo electrónico... los OjOs se me han abierto como platos. Y hoy hemos hablado hora y media por teléfono, pero no es lo normal.
Lo normal entre mi hermana y yo es acordarnos mucho el uno del otro. Todos los días, muchas veces al día, aunque no nos llamemos a diario.
Pero nunca nos hemos comprendido. Yo no entiendo por qué vive tan sola, por qué se casó con alguien que no se la merece ni en sueños. Por qué se empeña en conservar tantas espinas, espinas de las que duelen porque se te clavan dentro. Yo sé que no es feliz pero no sé cómo ayudarla.

Ni siquiera me siento capaz de escribir sobre ella porque es alguien muy difícil. Sé que me quiere. Y sabe que la quiero. Pero tenemos vidas tan diferentes que las cosas comunes a compartir se reducen mucho mucho mucho.
Y, bueno, es una tontería, pero a veces me dan ganas de darle la dirección del blog. Si no lo hago es porque algo me dice que se sentiría muy triste al ver que apenas me conoce, que apenas nos conocemos, pero es que no es tan fácil.

Y es mi hermana, mi única hermana. Es una palabra tan grande que a veces me asusta. Aunque encontrara al Mago y se fuera al Lado de Allá, no lloraría tantas veces por él como veces se me encoge el pecho por mi hermana.

Lloran los altavoces. Todo es impotencia.


1.5.06

un boli nuevo

Ya. Esto me pasa por no actualizar. Se me agolpan los posts en la cabeza y luego mezclo el vino tinto con la mezquindad humana. Y así me va. De todas formas, pasan los días y hay donde elegir, sólo tengo que quedarme con el post mental del que más me apetece hablar.

Tengo un boli nuevo. Hace años tenía millones de bolis (y de lápices, y de gomas), cuando las papelerías eran territorios por explorar y había tanto sobre lo que dibujar o escribir. Poco a poco me he ido olvidando de aquella época en la que me podía divertir con tan poco. De hecho ya no me sirven muchas de las cosas que antes me divertían.
Pero el otro día, en mitad de una tormenta cerebral, cayó un relámpago entre mis ojos. Me di cuenta de que necesitaba un boli. Y salí a comprar uno.
No es un boli cualquiera. Es negro y hace que escribir sea como tirarse por un tobogán. Ahora mismo está aquí cerca, mirando con un poco de recelo porque sabe que estoy escribiendo sobre él pero no llega a leer por encima del teclado. Pobre... Espero que me entienda, sólo quería contaros que mi boli nuevo ha escrito su primer poema. El primero de muchos. Y lo escribió porque está harto de ver tinta de mala calidad en libros hipócritas. Me lo dijo el otro día mientras yo leía una frase de Bolaño que me gustó mucho. Los tres estamos de acuerdo en algo.

Y ahora que no mira, aprovecho para transcribirlo. Mi boli es un poco vergonzoso.
El poema se llama Mentir a las estanterías nunca será lícito.

No quiero arte pulido de escaparate.
Ansío vísceras y sangre en párrafos encadenados
cortar una estrofa y verle las entrañas
dejar entre renglones a todo el que programó
poesía en su reloj.