Pero qué hago yo aquí

15.12.06

los buenos días

Hoy me he llevado bien con la universidad, sólo me han hecho falta cinco años y acabar la carrera. Y voy barriendo las miserias ajenas que quedaban por el salón, ya sólo hay unas pocas en una esquina, pero las tengo acorraladas con la escoba. Prefiero perseguir seis trenes al día porque la adrenalina me sube los coloretes a la cara. Y sigo siendo insignificante entre cuatro millones, pero la música me pasa directamente a las venas desde el cable pelado del ipod. Y me gusta. Me gusta en veinte idiomas. Oídos meloreceptores y escribir por entre los renglones de un guión horrible de MTV. La catarsis en horario fijo. Y cada vez me gustan más tus barrios. Todo bien.

4.12.06

a 13 horas...

...las olas no se atropellaban. Se dejaban paso unas a otras. Y a la arena no le importaba desaparecer todas las noches, ni siquiera se resignaba a aguantar de nuevo la respiración bajo el agua, porque sabía que, al amanecer, las luces del paseo seguirían allí, velando por ella.

Ahora guardo la ciudad velada de niebla (como la foto que nunca te hice) y la cuadrícula número 30 de tu bloc de notas. Guardo en un bolsillo cinco olas rompiendo contra las rocas y las lágrimas que se escaparon en la sala con aquella película de video casero.

Te guardo en los cigarros que fumo en cada estación. Voy a consumirte. Así, cuando mañana despierte, sólo tendré que recoger las cenizas.