Pero qué hago yo aquí

28.2.06

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Hoy es mi cumpleaños.
Si giro el cuello un poco veo por detrás muchas cosas. Sobre todo tiempo y personas. Si miro de frente veo al fondo un muro blanco y una gran interrogación.
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Y justo delante de mí aún hay carnaval y chisteras y una fiesta de cumpleaños como pocas he tenido. No entiendo cómo puede haber gente en el mundo que sobreviva sin amigos. O que no llame a su familia. O que decida quedarse en el caparazón por el que alguna vez todos hemos andado de puntillas sin poder remediarlo. Hoy me voy a acordar de todos vosotros más que nunca.
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23.2.06

all in all


Cómo me gustaría estar ahora mismo en la playa que me viene a la cabeza escuchando "All I Need", de Air. Está lloviendo pero ya no tengo el resfriado que tenía antes de llegar aquí. Tampoco hay ordenadores ni películas de los años treinta. Parece que en esta playa el sol nunca ha llegado a vencer a las nubes, que la arena nunca se ha calentado desde que alguna corriente la trajo hasta aquí. Ni siquiera concibo que, mientras miro desde lejos al mar, alguien me toque de repente la espalda. Estoy solo, y así debo estar.

Mañana Suomi se muda. Cogeremos sus cosas y nos las llevaremos lejos de aquí, porque éste no es su sitio. Y me muero de pena.

19.2.06

las señales, a examen

Nunca he sabido si es cierto eso de tener un buen o un mal día por el pie con el que te levantas. Esta mañana, unos quince minutos después de aporrear mi móvil para que se callara por última vez, he empezado a notar que una melodía conocida se me iba metiendo en la cabeza, y para cuando he sido consciente de que estaba tarareando “For Today I Am a Boy”, ya había abierto los ojos (un diminuto milímetro). Alguien del edificio me ha despertado con Antony & the Johnsons. Así que me he dicho: “Hoy va a ser un buen día”. Y por aquello de comprobar si existen las señales (y las profecías autocumplidas) he plantado el pie derecho en el suelo con todas mis fuerzas.
A ver qué pasa. De momento casi me hago un esguince…

16.2.06

puntos suspensivos y punto y aparte.

Hace poco menos de un año que escribí esto:

mandé callar la nieve
rebajé las montañas a dunas
sorprendí al viento mirándome de frente
y me dí la vuelta

borré todas vuestras matrículas
os miré en la lluvia con pena
apenas escuché vuestros susurros
de manifiestos hipócritas

no regrets
y dibujaba flechas en el cielo
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Estaba en un país que no me gustaba, en una ciudad en la que si cometías la torpeza de mirar al horizonte sólo te encontrabas con moles de piedra cubiertas de nieve. Y sé que era bonito, que con otros ojos se podía ver cierto encanto, pero yo tenía un muro por delante que me impedía darme cuenta de la mayoría de cosas positivas que tenía en ese momento.

Si hoy tuviera que escribir algo parecido, sería mucho más alegre. Ahora tengo la sensación de que he llegado a alguna parte, de que ya no estoy de paso. Y no sé si éste es “mi sitio”, quién podría saberlo. Sólo sé que si hoy tuviera que volver a escribir algo parecido, habría mar y sol y las flechas se dibujarían solas en el cielo.

12.2.06

reyes de un asteroide

Qué curioso es todo. Cojo mi móvil y mando una foto a mi correo, móvil y ordenador a diez centímetros. Y esa misma foto ha tenido que recorrer miles de kilómetros (esquivar estrellas, darle la mano al sol y cerrar los ojos entre las nubes) para poder salvar una distancia que en realidad es de diez centímetros...

Cuántas galaxias hay a veces entre dos bocas, o años luz entre las dos paredes de un muro, o cuántos satélites habrá que visitar para quedarse uno consigo mismo. Me repito, me repito.



Hay veces en las que alcanzas las estrellas con una persona. Y por suerte hay veces en que las estrellas se acurrucan entre esas dos personas, aunque estén lejos la una de la otra. Con nigromante me pasó hace un año. Tuvimos la extraña suerte, de la que sólo unos pocos disfrutan, de encontrar una varita mágica en un mirador desde donde todo Cannes era nuestro. Estaba colgada en una fuente. Nos miró, nos miramos y la miramos. Y en esa fuente alcanzamos juntos las estrellas.

9.2.06

placebos y cartas desde roma

A veces lo único que te hace falta para que un día cualquiera se convierta en un día bonito es girar la muñeca con la llave del buzón en su cerradura. Incluso pasa que otro se te adelante y haga el giro antes. Y entonces el día bonito llega a través de sus manos, aunque sea ya de noche. Y abres la carta y te estalla en las narices otra persona.

Hace unos nueve años que me escribo con f. Es curioso, nosotros empezamos a llamarnos por nuestra inicial casi desde el principio. Con f. han pasado tantas cosas que no me siento capaz de contarlas. Pero sus cartas han sido las únicas que han pisado todos mis buzones, dondequiera que haya vivido, allí ha llegado una carta de f. Y me vienen tantas frases a la cabeza, tantas veces el "envíame el sello" convertido en ritual de fin de hoja, tantas clases de tinta diferentes. A veces las cosas más pequeñas son las que más marcan el camino, aunque a veces se equivocan.

Y era una carta alegre, pero recuerdo y pienso y leo esto, y algo se me hunde en el pecho.

6.2.06

a veces, en la luna.

Una de las frases que me ha quedado grabada de cuando viví en Francia es "Je suis dans la lune", que literalmente significa "Estoy en la luna" pero que viene a ser un equivalente (salvando las distancias y los matices) de "Estoy en la parra".

Y me encantaba, no sólo por su sonoridad o por la imagen del Principito que me venía a la cabeza al oírla, sino que me identificaba tanto con ella que me daban escalofríos sólo de pensarlo. Es una pena que aquí no tengamos una expresión que se le asemeje, con todos sus matices, su color grisáceo y su forma cíclica redonda... que por no tener fuerzas atmósfera sufre un continuo bombardeo de pensamientos meteoritos, que tiene una cara oculta que sólo ella conoce, que está tan lejos del mundo que se siente más espectadora que otra cosa.

A veces me quedo en la Luna.

2.2.06

never(mind)

Cómo me duele el último arañazo la cena estaba fría pero a qué aspiro siendo de ayer maldita universidad mi primera película y la ilusión se ha escondido debajo de la cama cosas que nunca te dije en el servidor equivocado sólo un comentario para paola a top building, i'd rather done it with you y rayuela a los pies de mi armario me temblaría la mano si tocara el piano estoy cansado me fumaré otro cigarro mañana más trenes que no acaban donde yo quiero.


Triste.